Registros fotoetnográficos urbanos tomados en diversos países, de diferentes continentes, a partir de observaciones participantes, que permiten visualizar y reflexionar acerca de las dinámicas cotidianas, costumbres, ideas y comportamientos de los individuos de dichas culturas.
En un mundo cada vez más globalizado los países donde resisten y persisten con mayor agudeza las raíces culturales son aquellos donde paradójicamente escasean más los recursos económicos. La selección de los países no es causal, se trata en su gran mayoría de países pluralistas, multilingües y multiétnicos, con una enorme riqueza cultural y humana.
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Tomarse un té de menta, dormir en pleno desierto, perderse en las medinas, recorrer los múltiples mercados y puestos callejeros, respirar el aire especiado con ese olor tan particular que me genera reminiscencias de Estambul, observar simplemente anonadado, observar y ser observado, caminar entre las multitudes, comer un tajine o un cuscús, compartir música e ideas, charlar con un grupo de marroquíes... es sólo una parte de la experiencia marroquí.
Diario de Senegal: Ni Capitalista, Ni Comunista, Senegalista!!! Se dictan clases libres y gratuitas de humanidad todos los días en Dakar. Alegría, generosidad, simpatía, respeto, valores. Se vive un caos armonioso, respetuoso, un ritmo frenético pero calmo a la vez. Muchos colores, multitudes en todas direcciones, cruzan por cualquier parte, caminan por la calle, más de uno descalzo, caravanas de autos y cientos de yaga n’diaye (transportes públicos comunitarios o minibuses).
En Argentina, a los barrios marginales se los conoce como “Villa Miseria”, una denominación verdaderamente sugestiva. La más emblemática del país, por su historia y ubicación, es quizás la Villa 31, asentada justo en el centro de la ciudad de Buenos Aires. Hay enormes intereses financieros y políticos por ocupar éstas tierras de inconmensurado valor. Las villas en general, así como las favelas en Río de Janeiro, los slums en Bombay, o los barrios populares en Medellín, son habitualmente asociadas a la marginalidad, a actividades delictivas, drogas, robos, peleas, asesinatos, violencia de genero, prostitución... ésta no es la excepción, pero lo cierto es que en las villas viven también muchas personas y familias decentes. Mi interés como fotógrafo documental está puesto en gran parte en los contrastes, en éste sentido, la villa 31 se presenta como un arquetipo, pues el contraste social tanto adentro como con el afuera es sumamente sugestivo. La mayor parte de los habitantes son de origen boliviano, paraguayo y peruano, los argentinos en su mayoría son oriundos de provincias del interior del país, en casi todos los casos se trata de gente que llega casi sin nada en busca de un futuro mejor. El contraste con el exterior es lo más impresionante, emplazada justo en el centro del distrito financiero de la ciudad, con su arquitectura precaria, ladrillos sin revoque, paredes sin terminar, vigas y columnas con hierros estructurales en punta y terrazas sin barandas, desde donde pueden verse varios de los edificios y rascacielos más emblemáticos y lujosos de la ciudad. Asimismo una de las autopistas de ingreso a la ciudad más transitadas la atraviesa, por lo que pueden verse desfilar infinidad de autos de alta gama que suelen pasearse completamente ajenos a ésta realidad. El enorme contraste entre el lujo y la escasez es realmente espeluznante y desolador, pues sólo hace falta mirar hacia fuera para ver como se entrelazan en una misma imagen las siluetas de ambos mundos.
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